Cada criatura que controlas asigna una cantidad de daño de combate igual a su resistencia en vez de su fuerza. Las criaturas que controlas pueden atacar como si no tuvieran la habilidad de defensor. {3}, {T}, sacrificar otra criatura: Roba una cantidad de cartas igual a la resistencia de la criatura sacrificada y luego descarta una cantidad de cartas igual a su fuerza.