Hasta el final del turno, la criatura atacante objetivo obtiene +2/+2 y gana la habilidad de arrollar y "Siempre que esta criatura haga daño de combate a un jugador, destruye el artefacto objetivo que controla ese jugador".
"¡Es la quinta nave que perdemos en tres días! ¿No podemos construirlas con algo más resistente?". —Malcolm Lee